instrucciones para invitarme a una copa
A ti,
para cuando llegues,
si es que has de llegar a mi vida,
te aviso de que no necesito
que me salves de nada.
Que mis demonios hablan conmigo,
y mis batallas las peleo yo.
Te advierto
de que adoro andar descalza,
que como rápido,a veces de pie,
y que en ocasiones bebo sola.
Que no me interesan las noticias,
y que odio los documentales,
prefiero las películas de miedo,
y un elfo a un político.
Que suelo hablar alto,
y no por eso estoy discutiendo,
y que puedo llorar,
con la misma facilidad que regalar risas.
Te informo también
de que sé estar sola,
pero probablemente, como una niña,
te reclame a menudo,
y con insistencia, a mi lado.
Que me aburre la música clásica,
y no me gusta la radio,
pero puedo ser tu emisora,
y entretenernos en una charla
en la que también caben espacios,
o inventar los mundos
que necesites, y ofecerte
palabras nuevas de labio a labio.
Ten claro que no pienso renunciar,
nunca
a un lametón de mi perra,
ni de mis gatos,
que su saliva vale tanto como la tuya,
y si no te gusta, no te preocupes,
no necesitamos entrar en tratos.
Que no busco un chófer,
o un criado,
ni quiero que me des siempre la razón,
pero tampoco que me temas
si te peleo en algo.
Que me gustaría,
que apreciaras a mis amigos,
pero que si yo en tu vida soy algo,
también querré conocer a los tuyos.
Te informo de que en un arrebato
soy capaz de romper una taza,
pero aun si rompo una vajilla entera,
lo que espero de ti,
es que entonces, también me quieras.
Que las cosas, son cosas
y no me importa destrozarlas,
pero a cambio prometo
que a ti nunca te astillaré,
no te abandonaré,
ni te bloquearé de mi vida,
porque soy de las que se enamoran,
no a corto, ni a largo,
sino a eterno plazo.
Y ahora que ya lo sabes,
ahora que ya lo has leído,
puedes invitarme a una copa
si aceptas las condiciones,
o por favor, si no es así,
ni me mires.
Pasa de largo.
Toñi Rodríguez Fernández (Jaén (Andalucía, España, 1976). Desde que tengo memoria, los mejores ratos que he pasado han sido siempre acompañada de un libro, ya desde niña, cuando pasaba horas en el patio de mi casa sacando cuentos de una atiborrada caja de cartón. Era mi mayor tesoro. Estudié Filología Árabe, aunque nunca me he dedicado a ello. Por azares de la vida, he terminado trabajando en turismo y me dedico a las letras como forma de expresión y sanación personal, en mi tiempo libre. Desde hace unos meses dirijo en Facebook la página “noesundíadecalma”, y este proyecto ha sido una de mis mayores satisfacciones. Los animales son también mi gran pasión, por ello hace unos años autopubliqué junto con una compañera ilustradora un cuento solidario llamado El Cambio, a favor de refugios de animales abandonados. Las letras, tanto en forma de prosa, como de poesía me parecen el mejor modo de hablar con nosotros mismos, y de hablarle al mundo.